Mi experiencia con la Kabalah

                                                         Mi experiencia con la Kabalah

 

Kabalah es “saber recibir” y no siempre es fácil, debemos de estar preparados o en disposición de comenzar a recibir aprendizaje desde la humildad, la Kabalah es compleja, a mí me ha costado un poquito, entender e integrar algunos conceptos a los cuales yo estaba muy acostumbrada, pero he podido acercarme a estas enseñanzas, movida siempre por mi afán de sanarme y conocerme cada día un poquito más.

 

 A través de las Sefirot que conforman el árbol de la vida en Kabalah, existe todo un proceso de autoconocimiento muy profundo. Es ver cada una de tus partes reflejadas en las esferas y comenzar a responderte a preguntas como ¿Dónde estoy?, ¿Quién soy de verdad?, ¿Cómo me expreso?, ¿Cómo me trato?, ¿Qué hago aquí?

 

Estas preguntas te llevan a algunas respuestas un poco inesperadas y comienzas el descubrimiento de nuevas partes que digamos están “un poco ocultas” en ti …

 

La Kabalah trabaja con el concepto de autocorrección, por lo tanto no existe el pecado ni el castigo, existe el corregir nuestros actos, ser una persona honesta, dulce, sencilla… estudiar sobre uno mismo, sobre la vida, no “comer del pan de la vergüenza” (ser honesto en la vida), como dice mi maestra Bibiana Bistrich, trabajar nuestra “vasija” nuestro cuerpo, nuestra alma, vernos de cerca, corregir y continuar … con sencillez,  honradez.

 

El estudio de la Kabalah aporta las herramientas necesarias. Yo soy una pequeña estudiante y practicante, pero aún sabiendo muy poco o nada, puedo sentir las grandes enseñanzas que alberga la práctica y la sabiduría de los cabalistas. Me gusta… me parece muy valiosa, muy profunda y honesta, así me quedaré otro rato por aquí … a seguir sanando y transformando.

 

 

 

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